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EL SENTIDO DE LA NAVIDAD

Cuentan que en el infierno el diablo convocó a una reunión de emergencia con el objetivo de buscar las mejores estrategias para destruir de una vez por todas a la navidad. Con ese fin fueron citados los demonios más astutos y perversos, y se requirió que cada uno llevara una idea para ser discutida y en su caso aprobada.


Hubo tres ideas finalistas. El primer demonio propuso que el mismo 24 de diciembre se produjera una tormenta de nieve en todo el mundo, de manera que las personas se preocuparan más del frio que de la fiesta navideña. El diablo mayor desechó la propuesta por contraproducente ya que una tormenta así lo único que lograría era hacer que las familias permanecieran juntas en casa, cuidándose y abrigándose. La segunda idea tampoco gustó: se trataba de mandar un terremoto terrible. El diablo mayor de nuevo recordó que tendría un efecto contrario; que una catástrofe así solo despertaría los sentimientos de solidaridad entre las personas, haciendo que el amor y la fraternidad fueran la nota del día. Pero el tercer demonio, el más inteligente propuso algo diferente: ¿porque no hacemos que la navidad sea una fiesta de regalar? Así hacemos que unos se ofusquen haciendo colas en las tiendas, que otros tengan que gastar su poco dinero en regalos a personas que no lo agradecerán y finalmente que las personas compitan egoístamente por ver quien regala mejor.


Esta idea gustó. Y así desde entonces se busca alejar a las familias del verdadero sentido de la navidad, dándole al 24 de diciembre un carácter meramente comercial. Hoy muchos ponen su atención más en los convivios, en las compras de último momento, en la cohetería y en Santa Claus que distribuye regalos, que en el mensaje que el niño Jesús trajo a toda la humanidad con su nacimiento.


Es cierto que el dar es una muestra de amor, y que la generosidad es una virtud que todos debemos cultivar, pero no debemos perder nunca la razón de porque lo hacemos en estas fechas y recordar qué es lo que Dios espera de nosotros este 24 de diciembre a la medianoche. Dar gracias al creador, cuidar a nuestras familias y ser mejores cristianos es el mejor regalo que podemos dar. Ese es el verdadero sentido de la navidad. ¡Felices fiestas!

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