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Il Trovatore

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Nada mejor que comenzar la temporada con un mega hitazo de Verdi. Una obra que tiene de todo: acción histórica, drama intenso, música memorable y una trama que ha sido objeto de mucha polémica debido a lo que algunos consideran es un relato inverosímil y grotesco.

Acto primero. cuadro 1

Redoble de timbales e instrumentos de bronce son los dueños del corto preludio. Anuncian un drama por delante.

El recurso de un narrador que nos introduce a la historia es muy interesante. Oye como Ferrando, a ritmo casi de aquelarre o reunión de brujas, nos cuenta la trágica historia. Es muy importante que no te pierdas detalle de lo sucedido. Verdi apelara a un recurso muy escénico para dar por terminado el relato de terror: unas campanadas de media noche!
 

Acto 1 cuadro 2

Leonora e Inés conversan sobre el caballero misterioso, el trovador. Aquí podrás apreciar la típica estructura de las operas románticas: primero un aria "tacea la notte placida" lenta, lírica y apasionada; luego la cabaletta "di tale amor" más rápida y enérgica. Ambas son piezas de lucimiento para la soprano.

Trio
Conocerás ahora al malvado conde de Luna, que como en toda opera de la época, le corresponde el papel al barítono del reparto. Luego, llega el trovador, con todo y arpa. El trío lo completa momentos después Leonora. Estalla la escena de celos. Un típico caso de dos contra uno.  Si tienes el cuidado de ver quien canta acompañado de quien, podrás darte cuenta a quien pertenece el corazón de Leonora.  Este interesante trío suele terminar en una nota muy alta cantada por la soprano.

Acto segundo. Cuadro 1

Coro de los gitanos.
Difícilmente se puede comenzar un acto con música tan conocida como esta. Verdi nos incluye, para mayor efecto exótico, música de triángulo y un redoble de yunque en escena.

Stride la vampa
Azucena, en una canción a dos partes iguales, nos retrata su personalidad, a ritmo casi de trance. Es un aria de las más conocidas del reparto operístico.

En la conversación entre Azucena y Manrico, te reto a que busques las figuras musicales que la orquesta utiliza, para expresar primero el dolor, luego la locura y finalmente la caída en el ánimo de la gitana. Una obra maestra de Verdi para retratar estados de ánimo. Un par de pistas: un fragmento repetitivo, los violines...

El cuadro cerrara con un interesante dúo, entre gitana e hijo, que nos desvelara la distinta personalidad de cada quien.

Cuadro 2

Atentos a los pizzicati de los violines.  Nos recuerdan el sigilo con que actúan los hombres que llegan al convento.

El conde comenzara su trabajo de raptar a Leonora.  De nuevo, aria y cabaletta.  La primera iniciara con unas notas confiadas al fagot. En esta aria el Conde nos muestra su rostro más sensitivo. Pero en la cabaletta se desquita, con un mensaje más desafiante y hormonal. Atención al canto silábico del Conde y del Coro, que confiere un tono de complicidad a lo que están procurando hacer. El acto concluye con un concertante, en la que Manrico, el Conde, Leonora, Ines, monjas y soldados intervienen en explosiva combinación.

Acto tercero. Cuadro 1

El acto inicia con un coro marcial muy conocido.  Algunos dirán que tiene un tono humoresco, casi fuera de lugar. El Conde de Luna se apresta a atacar. Pero entonces le es llevada a su presencia la gitana capturada. Así dará inicio un trío, en el que a la tristeza de Azucena le sigue una música de danza, casi de baile palaciego. Al momento lírico le seguirá una parte muy agitada y enérgica. Si caes en cuenta, de nuevo estamos frente al esquema de aria-cabaletta.

Cuadro 2.

La boda de Leonora y Manrico. Ah, si, ben mio.
Una de las arias notorias de esta ópera. Pon atención al detalle de los clarinetes que le acompañan, a los que se les escucha en la segunda parte del aria. Dado que no era posible en la época representar una ceremonia religiosa en pleno escenario, el acto de la boda es significado únicamente por un órgano que se llega a escuchar fuera del escenario.

Di quella pira
Ruiz llega para avisar que la gitana, la madre de Manrico, está en la hoguera.  Manrico, con gran desesperación se presta para partir. Pero en uno de esos giros que solo en la opera se pueden producir, lejos de salir corriendo al encuentro de su madre que está a punto de arder, se queda con nosotros cantando desde el escenario la famosa cabaletta "di quella pira".  La madre puede esperar. Menos mal. Si no fuera así nos perderíamos de esta gran pieza musical..! Atentos al "do de pecho" que aun cuando no figura en la partitura original, suelen lanzar los tenores al finalizarla.

Acto IV. Cuadro 1.

En los primeros segundos de este acto, los instrumentos de la orquesta conspiran para darnos sensación de nocturnidad. Trata de descifrar que es lo que produce esa impresión en nuestros oídos.

Aria de Leonora.
Una de las piezas más líricas de la opera. De gran factura y exigencia vocal a la soprano. Le seguirán, el miserere, con cantos de monjes y campanas lastimeras. Luego llegara el intercambio a distancia con Manrico.

Duo de Leonora y el Conde
Esta vertiginosa pieza es característica del estilo conversacional que Verdi ha venido desarrollando magistralmente años antes en obras como Rigoletto.

Cuadro 2 y final.

En la mazmorra se sucederán el dúo entre Manrico y su madre (con reminiscencias de música que ya has escuchado), el trío al que se suma Leonora, y el dramático final que Verdi típicamente suele telegrafiar en sus obras.  Un final donde el bueno muere y el malo en un giro del destino, escarmienta ya muy tarde

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